Josep Cercós 

Comenzó su carrera de manera autodidacta. Posteriormente se formó con Ricard Lamote de Grignon y Cristòfor Taltabull que lo condujeron a un estilo más próximo al neoclasicismo. El contacto con Scherchen, Xenakis y Nono, lo ayudaron a adquirir un estilo más experimental que definió gran parte de su carrera. A partir de los años 80, Cercós inicia un giro estético hacia un estilo neo-romántico. 

Su lenguaje tiene un estilo muy particular, resultado de una investigación concienzuda y que fusiona su lectura personal de los elementos tradicionales y de la modernidad. 

Entre sus obras destacan sus trabajos orquestales (sinfonías y conciertos), obras de cámara, canciones siempre basadas en textos de grandes poetas y repertorio para piano y tecla. Un capítulo importante de su labora creativa ha sido la música teatral y de ballet.